viernes, 23 de junio de 2017

EL GALES MÁS GRIS

Si ayer amaneció el día con niebla y una especie de chirimiri, pero luego levantó y aguantó bien sin llover, hoy sí que hemos conocido el Gales más gris. Ha amanecido tan nublado como ayer, pero con un fuerte viento y los incómodos aguaceros racheados.
Seguimos ruta con la esperanza de que al llegar a nuestro destino la cosa cambie, pero no. Por el camino ya nos cae una lluvia por momentos torrencial. Y al llegar a Aberystwith el recibimiento es con un vendaval de echar cuerpo a tierra.


Como al menos ha dejado de llover, aprovechamos para dar una vuelta por el casco histórico de esta población de corte más bien vacacional. Y nos encontramos con un conjunto arquitectónico muy interesante, formado por la Universidad (que nos permiten visitar por dentro), la iglesia de St. Michael y los restos de un castillo medieval, todo ello por el módico precio de cero libras.


El leve chispeo que continúa nos permite hacer un recorrido por el pueblo, con unas calles muy animadas a pesar de la climatología, hasta que hacemos un descubrimiento de una tienda/bar/restaurante donde abundan los productos españoles: desde jamón, quesos y embutidos varios, hasta patatas bravas, boquerones y pan normal, incluyendo bebidas, como puede observarse, ¡y hasta tortilla de patatas!


Como está bastante abarrotado y no hay mesa ni sitio en la barra, decidimos aprovisionarnos de cosas para llevar. En el mismo tupper nos meten un buen trozo de tortilla con ensalada del que pensamos dar cuenta luego en el hotel.
Cuando salimos llueve a base de bien. Así que nos encaminamos al hotel, que se encuentra al final del paseo marítimo.
Tenemos una habitación con un mirador al mar. Así que veremos llover desde aquí.


Tarde de siesta y lectura, contemplando el mar embravecido... Y con compañía.


Mañana será otro día. Haremos un recorrido por la costa oeste de Gales. Esperamos que con mejores condiciones climatológicas.

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